La diabetes: un enemigo silencioso que sigue creciendo
La diabetes no da tregua. Hoy en día, casi el 10 % de la población adulta en el mundo vive con esta enfermedad, que se presenta de dos formas principales. Por un lado, la diabetes tipo 1, más común en niños y jóvenes, donde el cuerpo deja de producir insulina. Por otro, la tipo 2, que aparece con la edad y suele estar relacionada con el sobrepeso o el aumento del perímetro abdominal, donde el cuerpo pierde sensibilidad a la insulina.
En términos simples, la insulina es como la llave que permite a la glucosa entrar en las células para ser utilizada como energía. Cuando esta llave no funciona o no está, el azúcar se queda dando vueltas en la sangre. Resultado: niveles elevados de glucosa que el cuerpo no puede usar ni almacenar, y que con el tiempo acaban generando complicaciones graves como problemas cardiovasculares, daño ocular, fallos renales e incluso dolor crónico.
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a más de 537 millones de adultos en todo el mundo. Se espera que esta cifra aumente a 643 millones para 2030 y a 783 millones para 2045. Se calcula que alrededor de 240 millones de personas viven con diabetes sin diagnosticar. En Europa, se estima que 22 millones de personas viven con diabetes sin diagnosticar.
Tratamientos tradicionales: útiles, pero no suficientes
Claro que hay tratamientos. Desde la administración directa de insulina —imprescindible en la diabetes tipo 1 y en muchos casos de tipo 2— hasta medicamentos que mejoran la secreción o la sensibilidad a esta hormona. A esto se le suman los cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas.
Pero, a pesar de todos estos esfuerzos, la diabetes sigue siendo una de las principales causas de muerte en el mundo. Es también una de las razones más comunes de infarto, ictus, ceguera e insuficiencia renal. Por eso, no podemos bajar la guardia. Necesitamos nuevas soluciones. Y aquí es donde el sistema endocannabinoide entra en escena.
¿Puede el sistema endocannabinoide ser la clave en el control de la diabetes?
La búsqueda para entender cómo el cannabis (THC) altera nuestra mente llevó, en los años 90, a un hallazgo fascinante: los receptores cannabinoides, que reciben el nombre de CB1 y CB2. Están por todo el cuerpo, desde el cerebro hasta las células inmunes, y forman parte de algo más grande: el sistema endocannabinoide.
Este sistema, que actúa como una red de comunicación entre células, incluye no solo los receptores CB1 y CB2, sino también las moléculas endógenas (los endocannabinoides) que los activan y las enzimas que regulan su producción y degradación.
¿Su función principal? La homeostasis, es decir, mantener el equilibrio. Este sistema modula la señalización celular para que todo esté en orden, ni demasiado ni muy poco, como si fuera un termostato biológico que mantiene todo bajo control.
El sistema endocannabinoide y su papel en el metabolismo
Aunque los receptores cannabinoides se descubrieron primero en el cerebro, hoy sabemos que el sistema endocannabinoide está por todo el cuerpo. Está en el hígado, el páncreas, los músculos, el tejido adiposo, el intestino… y también en estructuras cerebrales relacionadas con la comida y la recompensa.
¿Y qué hace ahí? Regula procesos fundamentales para la supervivencia: promueve el apetito, en especial por alimentos ricos en grasa, estimula la almacenación de energía en forma de grasa y frena el gasto energético. En resumen, ayuda a ahorrar energía.
Esto tiene sentido en contextos de escasez, como en el pasado evolutivo del ser humano. Pero hoy, en un mundo con comida disponible 24/7, este sistema puede jugar en contra y contribuir al desarrollo de la obesidad y, sí, también de la diabetes tipo 2.
Glucosa, insulina y endocannabinoides: una relación sorprendente
Aquí es donde se pone aún más interesante. Este sistema también está implicado en el control de la glucosa. ¿Cómo? Pues bien, por un lado, estimula la liberación de insulina desde el páncreas. Por otro, ralentiza la eliminación de insulina en el hígado y, además, potencia el almacenamiento de grasa inducido por la insulina en hígado y músculo.
Así que sí: el sistema endocannabinoide es una pieza clave en el control de los niveles de glucosa en sangre. No estamos hablando de algo marginal, sino de un actor protagonista en el metabolismo.
¿Cómo actúan exactamente los cannabinoides en el organismo?
Todo gira en torno al sistema endocannabinoide, esa compleja red de receptores y sustancias químicas que regula desde el apetito hasta la respuesta al dolor. Dos son los protagonistas: los receptores CB1 y CB2.
Receptor CB1
Está presente en el cerebro y en órganos como el hígado, el tejido adiposo, el páncreas y el músculo. Su activación con THC o agonistas sintéticos reduce el dolor y la hipersensibilidad térmica. Además, al bloquear la degradación de los endocannabinoides (para que duren más tiempo en el organismo), se potencia su acción natural sobre estos receptores. Hoy en día ya se están desarrollando fármacos con este mecanismo.
Receptor CB2
Este se expresa sobre todo en el sistema inmunológico. Cuando se activa, ofrece beneficios clave en modelos animales con diabetes:
- Mejora la sensibilidad a la insulina.
- Disminuye el daño cardíaco, renal y neurológico.
- Reduce la inflamación generalizada.
Hasta ahora, no se han realizado ensayos clínicos con agonistas CB2 en personas con diabetes, pero los datos en animales son muy alentadores.
Más allá de CB1 y CB2: el universo oculto de los receptores huérfanos
Los cannabinoides también actúan sobre otros receptores menos conocidos, como GPR55 y GPR119. En estudios con ratas diabéticas, los fármacos que estimulan estos receptores han logrado bajar la glucosa y la insulina, lo que sugiere nuevas vías para explorar en el futuro.
Fármacos basados en cannabinoides: ¿una nueva vía para la diabetes?
Aunque parezca ciencia ficción, ya existen varios medicamentos aprobados a base de THC (el componente psicoactivo del cannabis) y CBD (el no psicoactivo). No son específicamente para la diabetes, pero nos dan pistas del potencial terapéutico de estos compuestos.
Por ejemplo:
- Nabilona y dronabinol (versiones sintéticas del THC) se usan para combatir las náuseas causadas por la quimioterapia o la pérdida de peso extrema en pacientes con VIH.
- Nabiximol, que combina THC y CBD, está indicado para tratar la espasticidad en personas con esclerosis múltiple.
- Y un preparado de CBD puro se utiliza para formas graves de epilepsia como el síndrome de Dravet o Lennox-Gastaut.
Estos medicamentos ya están en el mercado y regulados, lo que demuestra que los cannabinoides pueden tener efectos médicos reales y controlables. ¿Será posible entonces que, en un futuro cercano, veamos terapias basadas en estos compuestos para regular el metabolismo y el azúcar en sangre?
Más info sobre las relaciones THC y CBD con la diabetes
Estamos empezando a entender que el sistema endocannabinoide no es solo un efecto colateral del cannabis, sino un sistema fisiológico profundo con influencia en casi todo: desde el apetito hasta el metabolismo de la glucosa.
Y eso abre una puerta enorme a nuevas terapias para la diabetes, especialmente la tipo 2, que está directamente relacionada con el metabolismo energético y la obesidad.
Así que, mientras la ciencia sigue avanzando, vale la pena mirar con nuevos ojos lo que antes se consideraba tabú: el cannabis y su potencial terapéutico. Porque tal vez, en esos pequeños receptores escondidos en nuestras células, esté la clave para controlar una de las enfermedades más preocupantes de nuestro tiempo.
El lado oculto del dolor en la diabetes: la neuropatía diabética
Cuando hablamos de complicaciones a largo plazo de la diabetes, el dolor no suele ser el protagonista. Sin embargo, muchos pacientes diabéticos lo conocen muy bien. Hablamos de la neuropatía diabética, una afección que daña los nervios por todo el cuerpo, generando desde molestias leves hasta un dolor crónico incapacitante. Y lo peor es que, a menudo, los analgésicos tradicionales no funcionan. Aquí es donde el cannabis medicinal entra en la conversación.
La automedicación con marihuana es bastante común entre quienes sufren dolor crónico. Esto ha llevado a varios científicos a preguntarse si los cannabinoides –compuestos activos del cannabis como el THC y el CBD– podrían ofrecer alivio real a personas con diabetes.
¿Qué dicen los estudios sobre cannabis y dolor en diabetes?
El primer intento serio de responder a esta pregunta se remonta a 2010. Un ensayo controlado aleatorizado analizó los efectos del Sativex, un fármaco que combina THC y CBD, en 30 pacientes con neuropatía diabética. El resultado: no se observaron diferencias significativas en comparación con el placebo.
Pero ahí no terminó la historia. En un estudio abierto posterior, 380 pacientes usaron Sativex durante 38 semanas. Esta vez, muchos reportaron mejoras en el dolor, el sueño y su sensación general de bienestar. Es decir, cuando sabían lo que estaban tomando, el resultado fue más positivo. ¿Efecto placebo? ¿Eficacia real? La discusión sigue abierta.
Otros ensayos pequeños han arrojado resultados más prometedores. Por ejemplo, el THC en forma de Nabilona ayudó a aliviar el dolor en un grupo reducido de pacientes en un estudio controlado. Incluso en otro ensayo con solo 16 personas, fumar THC mostró una reducción en el dolor relacionado con la diabetes.
También en animales se han obtenido datos interesantes: diversos agonistas sintéticos del receptor CB1 han demostrado capacidad para disminuir el dolor en modelos de diabetes. Así que, aunque aún falta evidencia más robusta, todo apunta a que los cannabinoides podrían tener un papel que jugar.
La esperanza del THCV: ¿el primo olvidado del THC?
En 2016 se publicó otro estudio que puso bajo la lupa a dos compuestos interesantes: la tetrahidrocannabivarina (THCV) y el CBD. El experimento fue pequeño pero revelador: mientras el CBD no tuvo efectos significativos, el THCV sí logró reducir los niveles de glucosa en sangre. Y no solo eso: otros estudios en animales muestran que mejora la sensibilidad a la insulina, ayuda a reducir el apetito y puede provocar pérdida de peso.
¿Conclusión? El THCV merece más atención. Si los estudios a mayor escala confirman lo visto hasta ahora, podríamos estar ante una herramienta terapéutica de gran valor para quienes luchan contra la diabetes tipo 2.
Lo que nos cuentan los laboratorios: estudios preclínicos
Además de los ensayos en humanos, hay una avalancha de investigaciones preclínicas en curso. Desde 2006, diversos estudios en animales y cultivos celulares muestran cómo ciertos cannabinoides pueden mejorar distintos aspectos de la diabetes y sus complicaciones.
Veamos algunos ejemplos impactantes en modelos animales de diabetes tipo 1:
- El CBD ha demostrado reducir la progresión de la enfermedad, el dolor y la hipersensibilidad térmica.
- También ha mostrado efectos protectores frente al daño cardíaco, la inflamación de la retina y el deterioro pancreático, preservando los islotes de Langerhans, esenciales para la producción de insulina.
¿Y en la diabetes tipo 2? Tampoco se queda atrás:
- El CBD mejora la función vascular.
- Reduce el estrés oxidativo y la inflamación celular causados por altos niveles de glucosa.
¿Y en humanos? ¿Por qué no vemos lo mismo?
Bueno, aquí viene el detalle clave: el único ensayo clínico importante con CBD en humanos con diabetes tipo 2 no encontró beneficios significativos tras 12 semanas de tratamiento. Pero ojo: la dosis utilizada fue de solo 100 mg dos veces al día. Para ponerlo en contexto, en estudios con epilepsia, se usan hasta 1 gramo diario. Así que probablemente la dosis fue demasiado baja como para generar un efecto clínico observable.
Entonces… ¿es el cannabis una solución para la diabetes?
La respuesta corta es: todavía no, pero podría serlo. La evidencia preliminar en estudios con animales y en algunos ensayos humanos indica que los cannabinoides tienen potencial para mejorar el control glucémico y tratar el dolor diabético. Pero hace falta más investigación, especialmente ensayos clínicos grandes y bien diseñados, para confirmar estos hallazgos y establecer dosis, combinaciones y duración de tratamientos eficaces.
Lo que está claro es que el sistema endocannabinoide tiene un rol clave en el metabolismo, y los científicos están empezando a descifrar cómo usarlo a nuestro favor. ¿Será el cannabis parte de la medicina del futuro contra la diabetes? Solo el tiempo (y la ciencia) lo dirán.
Diez preguntas respondidas sobre el aceite de CBD y la diabetes
A medida que la marihuana se está volviendo cada vez más legal y socialmente aceptable, sus subproductos relacionados con el cáñamo están recibiendo mucha atención por los posibles beneficios para la salud. El aceite de CBD es el primero en esa lista. ¿Pero debe usarlo si tiene diabetes?
Para obtener respuestas, consultamos tanto a un experto médico como a un paciente con diabetes con experiencia en el uso de aceite de CBD.
¿Qué es el aceite de CBD y cómo se usa?
El Cannabidiol, más conocido CBD , se extrae de la planta de cannabis y se diluye con un «aceite portador» como el aceite de coco o de semillas de cáñamo.
El CBD es uno de los muchos químicos conocidos como «cannabinoides» que se encuentran en la planta de cannabis, que parecen unirse a los receptores en el cerebro para producir ciertos efectos. Pero este no contiene el cannabinoide más conocido, el tetrahidrocannabinol (THC), que causa el «subidón» en las personas al usar marihuana.
El aceite de CBD no produce colocón, pero se le atribuye el alivio de los síntomas de una serie de dolencias, incluidos el dolor crónico, la ansiedad y la depresión.
No debe ser fumado. Por el contrario, es comestible y se puede agregar a los alimentos. También se puede usar tópicamente en la piel. Pero con mayor frecuencia se toma en forma de aceite puro simplemente colocando la cantidad deseada de gotas debajo de la lengua con el gotero y manteniéndolo allí durante un mínimo de 60 segundos, para permitir la absorción a través de los vasos sanguíneos. Una vez que han pasado 60 segundos, tragas el aceite de CBD.
Aceite de CBD y diabetes
La diabetes es una afección inflamatoria y el CBD tiene propiedades anti inflamatorias. En la investigación, el CBD ha demostrado ser prometedor para reducir la resistencia a la insulina y moderar el azúcar en la sangre para las personas con tipo 2 que no toman insulina.
Cuando consultamos a los líderes en educación sobre diabetes para obtener más información sobre el aceite de CBD y la diabetes, nos remitieron de inmediato a Emily Kyle , nutricionista dietista registrada (RDN) y practicante holística de cannabis con sede en el estado de Nueva York. Si bien no es una experta en diabetes, Kyle se ha hecho conocida entre los proveedores de atención médica como una experta en los efectos generales del cannabis sobre la salud.
Le hicimos a Emily cinco preguntas clave sobre el aceite de CBD en relación con la diabetes:
El aceite de CBD se está volviendo cada vez más popular como ayuda para dormir / analgésicos / tratamiento para la ansiedad y la depresión. ¿Hay alguna preocupación sobre su uso cuando tienes diabetes?
Al igual que cualquier otro suplemento o medicamento de venta libre, existen preocupaciones obvias al usar aceite de CBD si tiene diabetes tipo 1, tipo 2 o diabetes gestacional. Las preocupaciones pueden variar desde el tipo y la calidad del producto que se está utilizando hasta varios efectos secundarios potenciales que pueden ocurrir como resultado.
La mayor preocupación radica en la posibilidad de una interacción cannabinoide-fármaco para aquellos que están tomando medicamentos recetados y / o insulina para controlar su diabetes. Los investigadores creen que «es posible que el sistema endocannabinoide amortigüe la sensibilidad a la insulina en lugar de inhibirla estrictamente».
Hay una falta de evidencia clínica para proporcionar pautas de una forma u otra sobre la seguridad y eficacia del CBD cannabinoide en sí. Además, el CBD es solo uno de los cientos de cannabinoides, y no está claro si otros cannabinoides como el CBN o el THC, que podrían encontrarse dentro de un producto de aceite de CBD, también pueden tener un impacto directo en las personas con diabetes.
¿Tiene algún efecto directo sobre el azúcar en la sangre?
Desafortunadamente, faltan estudios clínicos en humanos sobre el efecto directo del aceite de CBD sobre el azúcar en la sangre, probablemente debido al estado ilegal de la marihuana que actualmente se considera como droga tipo 1 a los ojos del gobierno federal.
Lo que sí sabemos es que el sistema endocannabinoide del cuerpo desempeña un papel integral en la regulación del metabolismo energético, que es importante saber para quienes viven con diabetes. Los datos emergentes sugieren que «el sistema endocannabinoide establece la sensibilidad de la respuesta a la insulina en los adipocitos». Esto significa que el sistema endocannabinoide juega un papel importante en la forma en que el cuerpo responde a la insulina, aumentando o disminuyendo la sensibilidad a la insulina. Esto es muy importante para aquellos que están tomando insulina porque podría significar que sus niveles de azúcar en la sangre podrían aumentar o disminuir inesperadamente, lo que dificulta el control estricto.
Como anécdota, he tenido clientes que exhiben reacciones de respuesta completamente diferentes al uso de aceite de CBD. Un cliente me dijo que disminuyó drásticamente su nivel de azúcar en sangre en cuestión de minutos, lo que es potencialmente muy peligroso. Otros clientes no notan ningún efecto sobre el azúcar en la sangre. Esto se atribuye a la singularidad del sistema endocannabinoide de cada persona y su tono endocannabinoide personal.
¿Cuál es el mejor aceite de CBD para elegir si tiene diabetes?
El mejor aceite de CBD para elegir si tiene diabetes es uno que ha sido producido por una compañía acreditada que también ha sido verificada por una compañía externa de pruebas de laboratorio para garantizar que lo que se indica en la etiqueta sea exacto y verdadero. En este momento, el CBD es un mercado no regulado y varios estudios han demostrado que varios productos de aceite de CBD son engañosos para los consumidores al no contener lo prometido o contener ingredientes adicionales que no fueron revelados.
Además, siempre recomiendo que las personas se mantengan alejadas de los ingredientes añadidos, aromatizantes artificiales, colorantes artificiales, azúcares añadidos u otros ingredientes como la melatonina.
¿Qué pasa con las golosinas de CBD que también contienen azúcar? ¿Siguen siendo una opción para las personas con diabetes o conocen alguna marca que no tenga efecto de carbohidratos?
Independientemente de si tiene diabetes o no, si realmente estamos usando CBD con fines de promoción de la salud y/o bienestar preventivo, es contraintuitivo combinar eso con azúcar refinado, colorantes artificiales y saborizantes artificiales.
En cambio, animo a las personas a hacer sus propias gominolas de CBD en casa con ingredientes de alimentos integrales, como purés de frutas y verduras y extracto o concentrado de aceite de CBD de calidad. Para obtener un tutorial rápido y fácil sobre cómo hacer sus propias gominolas de CBD en casa usando purés de frutas y vegetales sin azúcar agregada visita su web (ingles).
Uso de aceite de CBD con diabetes tipo 1
También hablamos con Rob Howe, ex jugador profesional de baloncesto actualmente reconvertido en abogado con sede en Texas que fue diagnosticado con diabetes tipo 1, y le hicimos cinco preguntas clave sobre el tema:
¿Cómo utilizas personalmente el aceite de CBD? ¿Lo ingieres o lo pones en tu piel?
Realmente hago ambas cosas, pero mi forma principal es en cápsulas orales. Por lo general, tomo una pastilla de 30 mg cada mañana o mezclo 30 mg de tintura (líquido) en mi café por la mañana. Lo he usado también como crema tópica, pero principalmente en las articulaciones doloridas. Encuentro que obtengo más efecto de todo el cuerpo al tomar CBD por vía oral.
Has mencionado que el aceite de CBD «te iguala» … ¿Qué significa eso? ¿Cuáles son los efectos reales en tu cuerpo?
¡Buena pregunta! El mejor ejemplo que puedo dar es que tengo el sueño muy profundo, y tiendo a tener dificultades para comenzar por las mañanas. El CBD me mantiene más equilibrado, lo que significa que puedo despertarme más fácilmente, calentarme para hacer deporte más fácilmente, recuperarme más rápido de los entrenamientos, prepararme para cama más fácil, etc. En términos de efectos medibles, diría que mi dolor se reduce después de los entrenamientos, Tengo más tiempo en sueño profundo en mi monitor de sueño, y estoy de mejor humor como resultado de ambos.
¿Has notado algún impacto en tu diabetes específicamente?
Hasta donde puedo decir, no he visto ningún impacto directo en mi azúcar en la sangre como resultado de tomar CBD, ya que está disponible sin receta o en línea. Esa es solo mi experiencia. Sin embargo, la capacidad de hacer más ejercicio sin dolor y dormir mejor tiene un impacto indirecto en mi diabetes, por lo que creo que eso inclina la balanza a favor de que ‘el CBD impacta positivamente mi diabetes’.
¿Su endocrinólogo o CDE (educador certificado en diabetes) sabe o tiene alguna idea sobre su uso del aceite de CBD?
Para mi endocrina el CBD es solo otra de las últimas y mejores tendencias de salud en las que estoy metido. Por supuesto, ella me pidió que fuera consciente cuando comencé a tomarlo, y estaba feliz de escuchar mis resultados positivos con respecto a la salud y el bienestar holísticos, aunque le dije que mi diabetes no había sido afectada directamente.
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